Activismo digital

La Secretaría del Bienestar causó polémica por la liberación de un mensaje en las redes sociales sin validación
Con la llegada de las Redes Sociales a nuestras vidas la comunicación social se ha revolucionado, se ha transformado la forma en que recibimos la información por una más inmediata y accesible, pero aún más la forma en que podemos ser vistos en el imaginario colectivo.
Estas nuevas formas de comunicación le han dado voz y notoriedad a los que antes no la tenían, tradicionalmente comunicar era un privilegio solo de aquellos que tenían los medios de comunicación a la mano, por no decir a su servicio, era necesario ser un comunicador de trayectoria o bien una figura pública, la opinión de los muchos se convertía en la expresión de pocos.
Hoy cualquier persona puede hacer un posicionamiento y si ademas lo acompaña de talento y creatividad tendrá seguro la inmediata atención de todos aquellos involucrados, asegurando sorpresa y una inevitable reacción ya sea positiva o negativa.
Hay que ver cómo tiemblan las cúpulas de poder ante la inesperada revelación de lo masivamente ignorado, aquello oculto que gozaba de la ignorancia de todos nosotros, se ha convertido en un auténtico talón de aquiles, para todo aquel que vive en lo público.
Hace pocos días se orilló a la Universidad de la Salle Bajío a cancelar la presentación de un polémico activista contra la homofobia, primero tuvo que emitir un comunicado tratando de justificar dicho evento, unos cuantos días después tuvo que cancelar tal presentación, ¿porque lo hizo? por la presión social que se generó en torno a las redes sociales, la cual resultó insoportable para los jerarcas de la institución educativa.
Este es un clara muestra de que la opinión de lo público ya está disgregada en la percepción y activismo de todos los ciudadanos, aún más, aquellos que aspiramos a representar social y políticamente al colectivo social, estamos obligados a hacer un activismo valiente, genuino y sin medias tintas.
No entiendo a aquellos políticos y representantes sociales que entienden el uso de las redes sociales como una vitrina solamente para saber donde están, qué hacen, que comen y a quien saludan.
Aplaudo a aquellos que con valentía asumen posiciones, realizan denuncias, se comprometen con causas e invitan al involucramiento social de quienes les seguimos.
Aquella política acartonada y clásica en la cual se evita los temas puntillosos, se habla en plural y con generalidades no es propia de la era digital en que vivimos.
¿Que nos importa si un Diputado se encuentra en sesión y acompaña su post con una galería de fotos bien cuidadas?
¿Que más da si un Regidor o Alcalde se encuentra entregando despensas y por tristes 60 pesos se viste de fotos cuál magnánimo altruista?
Queremos verlos:
Defender el aborto o argumentar con bases y convicción en sentido contrario.
Defender con pasión y vehemencia la equidad de género, la defensa de un Humedal o los derechos de los niños con acciones concretas.
Atreverse a manifestar su opinión en la legalización de la marihuana, señalar y condenar con todas sus letras la corrupción y/o el pase automático de un #FiscalCarnal, sin miedo, con valentía y con enormes tamaños de liderazgo que los ciudadanos están siempre buscando.
Arremangarse la camisa, plantando árboles, rehabilitando áreas verdes involucrándose en la defensa de los animales.
Emitir opiniones, equivocarse y si es necesario reconocerlo y pedir la disculpa correspondiente, atreverse a interactuar con sus seguidores y aguantar críticas, señalamientos y hasta la carrilla desenfrenada de las redes sociales.
Para esos políticos y representantes sociales, para esos, está reservado el liderazgo que tanto exige nuestra sociedad.