León Guanajuato a 14 de julio de 2021.- Flaco favor se le hace a la necesaria participación ciudadana la abundante información dirigida a negar la importancia de la consulta popular del próximo 1º de agosto.
Hay de todo tipo de elaboraciones discursivas; están quienes sostienen que la ley no se vota, que la pregunta es confusa, que es una manipulación de Morena, que el presidente López Obrador lo mueve el rencor, que es ilegal. En fin, la opinión argumentada mezclada con la infodemia a todo su esplendor, en buena parte animada esta última por los odiadores del titular del ejecutivo. Así pues, contribuyamos al debate.
- El artículo 35 de la Constitución Política de México, en su fracción VIII señala como derechos de la ciudadanía “votar en las consultas populares sobre temas de trascendencia nacional o regional”. Las restricciones temáticas de las consultas también son claras: No podrán ser objeto de consulta popular la restricción de los derechos humanos reconocidos por esta Constitución y en los tratados internacionales; los principios consagrados en el artículo 40 de la misma; la permanencia o continuidad en el cargo de los servidores públicos de elección popular; la materia electoral; el sistema financiero, ingresos, gastos y el Presupuesto de Egresos de la Federación; las obras de infraestructura en ejecución; la seguridad nacional y la organización, funcionamiento y disciplina de la Fuerza Armada permanente. Nada se dice sobre juicios políticos y sí sobre un ejercicio de ampliación de derechos.
- La pregunta planteada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación podría haberse redactado mejor, pero está así: ¿Estás de acuerdo o no en que se lleven a cabo las acciones pertinentes, con apego al marco constitucional y legal, para emprender un proceso de esclarecimiento de las decisiones políticas tomadas en los años pasados por los actores políticos, encaminado a garantizar la justicia y los derechos de las posibles víctimas? Habrá de decirles a las y los pensadores unilineales de corto alcance, quienes afirman que la ley no se vota, que la consulta trata sobre el esclarecimiento de decisiones políticas. La pregunta que estará en la mente de buena parte de las y los votantes es la que nos sirvió para recabar las firmas ¿Está de acuerdo o no con que las autoridades competentes, con apego a las leyes y procedimientos aplicables, investiguen y en su caso sancionen la presunta comisión de delitos por parte de los expresidentes Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña?
- La consulta satisfizo todos los requisitos para considerarse legal y será vinculatoria si acaso se obtiene el 40% del listado nominal. No es lo mismo el establecimiento de una comisión de la verdad nombrada por el poder ejecutivo que iniciar un proceso de tal tamaño, acompañado de 40 millones de personas. Si se considera a la participación como un derecho y como un proceso continuo de toma de consciencia, la consulta es un bien mayúsculo, propio de las democracias avanzadas. Es un ejercicio inédito que bien merece ser apoyado.
- Nos habríamos ahorrado dinero si la Consulta se hubiesen empatado con las elecciones del pasado junio, pero se le temía que el efecto López Obrador jugara a favor de las y los promoventes. A veces no entiendo, ¿si se está tan seguro de la mala administración del presidente porqué temer a su influencia?
Yo voy a votar el primero de agosto; invito a acudir a las urnas, se sufrague a favor o en contra. Nos hace falta participar en todas las modalidades políticas diseñadas con mucho esfuerzo a lo largo de varias décadas. El proceso de construir ciudadanía integra de manera sustantiva un largo camino de progresiva toma de consciencia, de formación y de cumplimiento de los deberes. Votar educa y sin educación cívica no se entiende que la soberanía radica en el pueblo.
