“Nadie puede enseñarme quién soy. Puedes describir partes de mí, pero quién soy, y qué necesito, es algo que debo averiguar por mi cuenta.” – Chinua Achebe
“Cada palabra debe estar llena de polvo, de cielo, de amor, de orín, de violetas, de sudor y de miedo. Cada palabra ha de ser gastada, pulida, retocada, sufrida.” – Alejandra Pizarnik
“Nunca le pregunto a una persona a qué se dedica, porque no me interesa. Le pregunto acerca de sus pensamientos y sus sueños. Más allá de nuestras iniciativas hechas para sobrevivir, está lo que nos hace vivir.” P. Lovecraft
La realidad es pese a nosotros. Si bien la realidad es una construcción social y las formas en que hemos ido como sociedad occidental pensando, representando y percibiendo el mundo es desde un conjunto de dicotomías excluyentes, que constituyen una cosmovisión que se instalado como meta relato dominante, ya desde hace varias décadas se han ido moviendo muchos de esos paradigmas y que esas reflexividades emergentes son las que las están ayudando a pensarnos de una manera distinta, nueva, critica y que por lo pronto, están haciendo las mismas preguntas en un mundo donde las respuestas ya no son las mismas, ¡ya no pueden ser las mismas de siempre! Esas, que se han presentado como verdades absolutas desde el poder y desde las élites que condicionan y sostienen las estructuras económicas y sociales.
El pensar no es solamente recrear lo vivido, no sólo es convocar a la memoria, es más que eso. Pensar implica un dialogo interno, que a su vez poner en contraste y crítica quienes somos y lo que hemos sido siendo desde la cultura y por lo tanto desde la familia, desde las relaciones personales y de las interacciones sociales que han marcado en mucho lo que vamos siendo. Jean Paul Sartre sentenció: “Somos lo que hacemos con lo que hicieron de nosotros”.
Ser uno mismo, ser una misma, a pesar de lo que hicieron con nosotros es ser a pesar de todo y contra todo, es ser a contracorriente de un conjunto de determinantes culturales, -naturalizadas-, que troquelaron el alma y el cuerpo de la mayoría de nosotros y nosotras, con daños y consecuencias muchas veces irreparables. Por esto en especial, es muy valioso el movimiento cultural, social, reflexivo, teórico y critico que se está desarrollando para erradicar las violencias en la crianza de las niñas y de los niños y de las y los adolescentes.
El imperio de la fuerza, del castigo corporal, de la violencia psicológica, del chantaje emocional, de la creación de culpas inexistentes son parte de lo que tenemos la obligación moral de quitar de nuestras prácticas cotidianas y de empezar a comprender a cabalidad, lo que conlleva necesaria y urgentemente a considerar que las niñas, los niños y los adolescentes son personas completas, que están en una etapa de su desarrollo físico y socioemocional, que tiene derechos humanos y dignidad y que tienen que ser respetados y garantizados. Esto lo tienen que entender todas y todos, -el mundo adulto-, empezando por las autoridades responsables de todos los niveles, de las tareas necesarias para proteger y garantizar los derechos de las infancias y de las adolescencias en todos lugares, desde los núcleos familiares, las escuelas y colegios, las calles y todos los espacios públicos y hoy también en el ciberespacio.
En los últimos días se han difundido en diversos medios de comunicación tristes noticias, como la de la masacre en un colegio en Texas. También van siendo visibles dolorosas historias de abuso sexual, de homicidios de niños y niñas, como el de Juan David en Irapuato a manos de su padrastro, que era a su vez policía municipal, o de dos adolescentes secuestrados y asesinados en Colima. El recuento de noticias de la nota roja, se hacen todavía más crueles y dolorosas si pensamos un minuto, en que esas personas son testimonio de abusos y muertes de infancias y adolescencia, es decir, tenemos que entender que son de personas a las que su vida fue arrancada de forma injusta y hasta perversa, vidas que ya no llegarán a ser, y que la impunidad legitima.
Para llegar a ser, se requiere estar vivo, estar viva. Se requiere vivir con la certeza de que vamos a tener la oportunidad recorrer todas las etapas de desarrollo del ser humano y sobre todo de tener la seguridad de que el Estado nos protege, que cuida nuestra vida y nuestros bienes, situación que es cada vez más difícil de sentir y de percibir.
La comparecencia del fiscal general del estado de Guanajuato con relación a su 3er Informe, a la par de la comparecencia de las y los secretarios de estado de Guanajuato en el análisis del 4to. Informe de gobierno que se realizó en el Congreso Local, dejó en claro que para quienes gobiernan en Guanajuato únicamente hay resultados de éxito y que para los diputados y diputadas del PAN solo hay elogios y reverencias, -una ceguera institucionalizada del partido político en el poder desde hace 30 años- para rendir alabanzas y pleitesías para el fiscal y para el gobernador. Las comparecencias demostraron que no hay un mínimo de crítica, que existe una ausencia total de autocrítica y se confirma un desconocimiento consciente de la realidad, por dura que sea existe pese a ellos, y costa de nosotros.
Acción Nacional en Guanajuato, quiere promover solo logros bajo el eslogan de “Guanajuato la grandeza de México”. No logra comprender han elaborado una narrativa propia de la ficción de quienes gobiernan formal y fácticamente. Hay a su vez, una idealización muy torpe de lo que ellos consideran que es el desarrollo social y económico, -bastante costosa- por cierto, que poco tiene que ver con la justicia social y el bien común. Toca analizar, al menos con el sentido común la manera y las formas que se usaron para ambos informes, para poder observar el uso de la parafernalia del espectáculo, de la vanidad hecha política y del show mediático contratado para intentar esconder y poner en el olvido a los pobres, a las mujeres violentadas, a las y los campesinos excluidos de los programas sociales y productivos, de las y los obreros que ganan salarios de hambre, de las y los jóvenes sin oportunidades reales de trabajo y educación, de los adultos mayores en el olvido, de las y los discapacitados que son discriminados, de las y los desaparecidos y sus familias que mueven piedras y cavan para encontrar a sus seres queridos, de las personas de la comunidad LGTBTI + que son rechazados y estigmatizados desde una ideología decimonónica que se cultiva en Guanajuato desde el poder económico y político.
Ambos informes fueron presentados y defendidos sin respuestas claras, sin datos reales, sin evidencias, con evasivas, con respuestas a medias, o con medias mentiras, con justificaciones vacías de contenido y con una retórica inocua con una asepsia social y haciendo alarde del uso de la sociedad del espectáculo y del abuso del gasto en comunicación social para intentar controlar los daños y sostener como sea a un costo muy alto el que se quiera hacernos creer que estamos en el paraíso “Guanajuato”, en donde hay seguridad para todos y todas, donde hay ofertas de empleo digno y permanente, con salarios justos y competitivos, donde hay educación de calidad, donde hay desarrollo social real con justicia, donde no hay impunidad ni corrupción -dentro del país que es el “infierno” para los panistas.
Informes llenos de premios, certificaciones, reconocimientos y buenos resultados que sepultan con la omisión y la intención, a las y los desaparecidos y sus familias, en donde se reclasifican los feminicidios para que no promulgue la Alerta de Género, en donde la casi totalidad de los homicidios dolosos quedan impunes, en donde la deserción escolar no se atiende, en donde no se sanciona los casos de las violencias en las escuelas, colegios y universidades, especialmente contra niñas y jóvenes mujeres, en donde no se garantizan salarios justos y competitivos para obreros y empleados, en donde todo está diseñado a crear clientelas políticas -de color azul mariano-, y que están dispuestos a sacrificar los recursos económicos y naturales de las y los guanajuatenses para sostener un modelo económico poco sustentable, que favorece a las empresas extranjeras y en donde todo el gabinete, legal y ampliado, se dedica a maquillar y a negar la existencia de la injusticia social, la pobreza y todos los rezagos sociales que conlleva, con programas y políticas públicas no son evaluadas con autonomía e independencia del gobierno, y que gobiernan con una visión asistencialista, ineficiente e ineficaz, para defenderse al afirmar como estrellas del espectáculo frente a las cámaras y micrófonos que en Guanajuato todo está bien, que todas y todos estamos bien, sabiendo que no es así.
Somos personas a pesar de ellos, tenemos dignidad a pesar de ellos, tenemos derechos humanos a pesar de ellos, tenemos esperanza a pesar de ellos, tenemos futuro a pesar de ellos, tenemos la urgente necesidad de ser seres humanos y ciudadanos y ciudadanas pese a ellos, tenemos el compromiso moral de ser mejores que ellos, tenemos la sensibilidad, el coraje, la rebeldía y el amor para ser nosotros mismos a pesar de ellos. Habrá que correr la voz, habrá que conversar con muchas personas, y habrá que decir y decirnos que nosotros y nosotras no somos como ellos, esa es nuestra ventaja y nuestra oportunidad.
